Escrito en 3 de octobre de 2015.
En este momento estoy en un avión volviendo para el Rio de Janeiro después de un día de trabajo en Goiânia juntamente con mi colega Arthur William. No era para ser así.
Yo debía estar en casa muy aburrida con Vito por ter me quedado más un fin de semana sola.
Él estaba siempre por los cielos brasileños para decir a los trabajadores que un partido sin periódico es como un ejército sin armas.
Era siempre así. A cada viajen la escena se repetía. Primero yo lloraba como una niña y después rápidamente me quedaba feliz por saber que era importante su lucha.
Él me llamaba todo el tiempo. Algunas veces yo compartía de la felicidad que el sentía por estar junto con sus compañeros ayudando la lucha de los obreros. Él no se fatigaba jamás. Jamás decía no. Eran muchas horas en los aeropuertos. Pero estaba siempre feliz con los amigos do Maranhão, do Rio Grande do Norte, do Sergipe, do Piauí, de Pernambuco, do Ceará. Con las gentes de las cinco regiones brasileñas.
Otras veces, cuando el me llamaba al teléfono yo no lo respondía muy bien. Pero cuando él llegaba en casa, eran los día más felices de la mi vida. Dormir a su lado. Siempre hablando. Yo decía: – cuando nosotros estuviéramos viejos, probablemente no haremos sexo, pedo habremos siempre lo que decir un al otro.
Ni siempre concordábamos políticamente. Algunas veces yo era más radical; otras, era él. Decía siempre que yo tenía cabeza de PCB. No era solamente de PCB. Los 20 años que he trabajado en la Central Única de los Trabajadores, me enseñaron a vivir armónicamente con todas las fuerza políticas de la izquierda
Yo he traído esa marca para el Núcleo Piratininga de Comunicação, que juntos creamos en 1994, por tanto logo después nos conocermos. A Vito le gustaba mucho esa característica plural.
Hombre de visión amplia, lector de Marx, Lenin, Trotsky, Rosa, Alexandra Kollontai, Gramsci, Wilhelm Reich, Bordiga, Heleieth Saffioti, Étienne de La Boétie, Ângelo Gaiarsa, Heloneida Studart. Autor de más de 30 libros sobre sindicatos, historia de los trabajadores e comunicación.
Era un feminista que declaraba siempre que la opresión del hombre por el hombre empezaba con la opresión de la mujer por el hombre.
Crítico del modelo capitalista de familia, pero muy enlazado con sus hijos André, Taiguara e Luisa. Defensor e practicante da revolución sexual. Ser amante de él, como fue yo, durante 23 años era el mejor de los mundos. Era el hombre generoso, preocupado con el placer de su compañera.
E así él vivió la segunda mitad de los sus 50 años en el Brasil. Como un apasionado pela comunicación de los trabajadores. Enseño a hablar, escribir, usar las fotos e as ilustraciones, a hacer títulos. Caminó entre todas las fuerza políticas de la izquierda con mucha generosidad. Como él decía: “del rosa al rojo son mis amigos”. Los padrones son nuestros enemigos, así como los Estados Unidos e la Rede Globo. E contra esos él luchó políticamente.
Vito jamás fue adepto de la política del foquismo. Él creía en el convencimiento de los trabajadores. ¿“Quieres hacer la revolución?”, él preguntaba para de pronto contestar: “yo también quiero, pero necesitamos primero ganar muchas personas para esa idea”. Por eso creó, junto conmigo, el Núcleo Piratininga de Comunicação e, después, la librería Antonio Gramsci. Por eso difundió en todo el Brasil la idea de comunicación sindical como disputa de hegemonía. Como el MST era o su partido, toda semana distribuía el periódico Brasil de Fato, coherentemente con lo que decía. Hizo eso hasta el día 23 de julio. Él murió el 24.
Vito fue siempre un comandante. Era siempre el primer a llegar. Un comandante respetado, amado. Solidario, respetoso, corajoso, luchaba con amor e alegría. Por él, compañeros como Paulo Cézar ou Cícero de Crato, e tantos otros, eran capaces de todo. Usaran sus cuerpos como escudo contra la violencia de la dirección del sindicato contra la Oposición metalúrgica que tenían Vito Giannotti en la mirada. Hoy, lloran como huérfanos de lo hermano más viejo.
Cuando trabajaba en las fábricas en la cuidad de São Paulo, Vito fue intensamente perseguido por los padrones e por lo Sindicato. Era la dictadura. E, como coordinador de la Oposición Metalúrgica fue preso no DOPs. Por eso todo, en 2011 Vito fue amnistiado político
Las favelas cariocas
Después de 10 años en Rio, luchando, escribiendo, como maestro, manifestante, descubro las favelas cariocas. Fue después de la Chacina do Borel. Juntos, creamos el Curso de Comunicación Popular do NPC e la nuestra vida ha cambiado. Nuestros amigos no eran solo sindicalistas e intelectuales. Pasamos a dividir nuestras vidas con jóvenes de Maré, Santa Marta, Cidade de Deus, Jardim América, Manguinhos, Jacaré, Campo Grande, Alemão, de toda la ciudad.
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Una ráfaga nos llevó al día a día de las favelas. Con su comida, su música, su alegría y sus dolores innominables, frutos de la violencia contra la populación.
Y entonces él se encantó con el funk de MC Leonardo e Mano Teko, por el hip-hop de Rapper Fiell y del Bonde da Cultura. E anche por el samba da Marina Iris, Tomaz Miranda, Manu da Cuíca e Maurício Massunaga.
Leyó el libro de Cid Benjamin “Gracias a la vida” e quiso conocer o bloco Barbas, nel carnaval de 2014; o Bip Bip do Alfredinho. Ya tenía poco tiempo de vida cuando comprendió da izquierda carioca. El carnaval él comprendió rápido. Jugaba todos los años. Su último baile fue el Comuna que Pario con un inobidabel samba feminista, como él fu a la vida toda.
Vito era un joven, encantado, apasionado, que solo tenía una tristeza: los rumbos de la política en el Brasil e en el mundo. El triunfo de la derecha lo machucaba. Mucho. Por eso ele vibró con Lula, Correa, Evo, Cristina, Chávez, Dilma e Mujica. Principalmente Chávez le gustaba mucho Él admiraba profundamente la presidenta Dilma Rousseff. Discordaba de la política, pero la admiraba como mujer.
De repente todo ha cambiado. En mayo de 2015 descubrimos que él tenía un aneurisma cerebral. Después de la operación tubo dos AVCs, pero estaba muy bien. Un poco debilitado pero bien.
Hasta que el 23 de julio, é me llevó a aeropuerto, me ha pagado un café e dicho: buen trabajo.
Mis últimas palabras para él, fueron: ¿“Como voy a vivir sin usted cuatro días?”
Yo no me voy a vivir ningún día sin usted, mi amor. Con nuestros hijos Luisa, Sheila, Marina, Gustavo, Eric, Tatiana, Gizele, Raquel, Alan, Renata, Augusto, Arthur, Lidiane, Fiell, Julião, Rita, Pablo, Camila, Katarine, Matheus, Kátia, Mário, Well e tantos otros y otras que son mejor detenerme por aquí, yo no vivir é ningún día sin usted.
¡E Usted no morirá jamás! Voy hablar de usted para muchas personas para que se hable de su historia en todo el mundo, como la historia del revolucionario de la solidaridad e da alegría. La historia de lo hombre que se tornó semillas. .