Esta seria seguramente la lucha de Jack London, de Woody Goothrie, de John Reed, que norteamericanos revolucionarios que han dedicado sus vidas y sus talentos, en la literatura, la música y en el periodismo, a la lucha contra el Talón de Hierro impe-rialista y su sistema televisivo terrorista, bestial y salvaje que actúa como arma de exterminio en masa de conciencias y de la verdad para tentar impedir la inin-terrumpida caminada de la huma-nidad hacia un otra sociedad, sin cualquier forma de brutalidad y opresión., la sociedad socialista.

Por eso, es un grande honor poder participar de este IV Congreso Mundial Cultura y Desarrollo, en Cuba, una sociedad que ya representa la idea del futuro socialista de la humanidad, indi-cando a toda humanidad que si es posible otra manera de vivir, de utilizar la televisión con inteli-gencia y humanismo, de resistir al terrorismo norte-americano intrín-seco al propio sistema imperialista, y, además, siendo una sociedad pobre, ofrecer este ejemplo de solidariedad, enviando médicos al mundo entero para salvar vidas, como los 20 mil que están en Venezuela.

Y qué momento grandioso para los pueblos en lucha cuando se vayan enterando que la Venezuela Bolivariana, que recibe los 20 mil médicos cubanos, se llena cada vez más de nobleza e inteligencia y ofrece al mundo este instrumento revolucionario que es Telesur, para enamorar a los pueblos, para integrarlos, para que puedan madurar lo más prontamente las experiencias revolucionarias, las luchas libertarias antiimperialistas, para que puedan conocerse en profundidad, aprender cada cual de la cultura del otro, y así poner en pantalla que no hay soluciones en cada país aislado, que la humanidad tiende a la unirse. Cuba ofrece médicos al mundo y Venezuela, Argentina y Uruguay, ofrecen al mundo una Telesur para equipar los pueblos de una herramienta para dar la batalla de las ideas

EL TERRORISMO

MEDIÁTICO

Los acontecimientos internacio-nales son evidentes: el imperialismo norteamericano basa su poder de intervención militar y de opresión en gran medida sobre su dominio los medios de comunicación. Antes que los bombardeos y los ataques de infantería, trabajan con ataques fulminantes contra la verdad, contra la conciencia y la cultura de los pueblos. Crean el llamado “consenso” para justificar lo que está prohibido por las leyes internacionales, por los principios de libertad y autodeterminación de los pueblos. La moral, la ética y la religión son invocadas, tal cual fuesen el derecho divino de intervención. El credo obligatorio es el modelo ultraliberal, la globalización capitalista con la única vía de la acumulación por los países dominantes.

El que se oponga, resista y no acepte este trágico destino de neocolonia, es incluido en la lista de los “terroristas” y del “eje del mal”, sujeto entonces a todas las consecuencias de la agresión, el golpe de Estado y la ocupación militar. Todas las guerras recientes, desde la desaparición de la Unión Soviética, han sido demarcadas por esta característica del uso descarado de los medios de comunicación masivos para engañar y narcotizar a los pueblos, a la llamada “opinión pública” y justificar la bárbara agresión, como ha ocurrido en los sucesos de la ex-Yugoslavia, de Albania, y luego del 11 de septiembre – del cual solamente empieza a salir la verdadera versión de los hechos.

Los mismos hechos, sin embargo, muestran los límites de las armas del imperialismo: la mentira puede preceder una intervención y un golpe, pero no puede durar eternamente. Ya el pueblo norteamericano está encontrando las vías y los canales de comunicación para entender lo que su gobierno está haciendo por el mundo en nombre de la “democracia”. Así lo ha entendido el pueblo español, al derrotar el gobierno reaccionario de Aznar, en marzo de 2004, que mintió y quiso seguir mintiendo, intentando un golpe mediático. Lo mismo se prepara para hacer el pueblo italiano, en manos de Berlusconi y su total control de los medios de comunicación.

Sin embargo, aunque las victorias militares y políticas del imperialismo no sean duraderas, conllevan un altisimo costo para los pueblos atingidos por su furia. Los plazos y los ritmos en la Historia son fundamentales, son determinados con la sangre, la miseria y el hambre. Aunque el imperialismo no pueda estabilizar a sus victorias, sus conquistas, estas dejan un rastro de horror y destrucción por donde pasan. Basta mirar la tragedia de los pueblos que han sufrido intervenciones de la Otan y de la llamada “comunidad internacional”, desde la ex-Yugoslavia, pasando por el Kosovo, el Afganistán, el mismo Irak. En este país, dos millones de civiles han muerto en diez años de embargo criminal. Y ahora con la nueva guerra, que los imperialistas jamás podrán ganar, ¿cuál va a ser el costo? En Afganistán, que está lejos de la pacificación, ¿cuál va a ser el costo?

Para no alejarnos demasiado de nuestro Continente, ¿cuál ha sido el costo de la guerra en Nicaragua, y sus consecuencias? Este país tenía un proyecto de cambios no muy distinto al proyecto bolivariano, y sin embargo los Estados Unidos le hicieron la guerra total, hasta la destrucción de la espina dorsal del proceso revolucionario. Todo ha vuelto a la opresión y a la miseria de antes. El Salvador, Guatemala, Honduras, todo puede cambiar, desde que nada cambie.

El que resiste y no acepta la imposición, ejemplo único y heroico, es Cuba. Sin embargo, paga un alto precio por su altivez, su orgullo y su ejemplo de sociedad. Y está siembre en la mira de la agresión imperialista. Pero registra los más elevados indicadores de justicia social, de educación y salud, con los medios de comunicación públicos a servicio de la cultura y la información.

Es en este contexto que surge Telesur, convocando a los produc-tores independientes del audio-visual, a los comunicadores popu-lares, a las televisoras publicas, comunitarias, univer-sitarias, educativas, a una batalla por una pantalla digna, construida con micrófonos sencillos, abiertos a la verdad, con lentes que no ignoren la dignidad de nuestras luchas de siglos de resistencia indígena, negra, campesina, obrera, que retire del olvido nuestros héroes, y lo hagan volar por los satélites y dialogar co

n la gente, en todos los idiomas, en todas las culturas, las miradas, en todos los sonidos.

TV del Sur no es mera herra-mienta de propaganda de expe-riencia venezolana, si bien es prioritario difundir al mundo, contra el silencio y la desinfor-mación mediática imperialista, la importancia histórica de la Revo-lución Bolivariana. El surgimiento de Telesur indica ya un salto y una conclusión ante la dolorosa experiencia ya vivida en el golpe asesino de abril del 2002, en Venezuela, y enseña mucho acerca de la urgencia y necesidad de nuevos instrumentos de moviliza-ción y consenso social, para que los sueños se puedan realizar y generalizar para todo el Continente.

Ya sabemos que el arma principal del enemigo ha sido, a parte los dólares derramados en ayuda a la “oposición”, el dominio casi absoluto de los medios de comunicación de masas. Esta ha sido la herramienta de reclutamiento, de unión y acción subversiva de los golpistas. Luego está la misma estructura profundamente desigual del país, y la radicalización profunda entre las clases ricas y la masa de los ciudadanos pobres, cuando la Historia requiere y exige erradicar las diferencias sociales inaceptables y reparar las injusticias de siglos de opresión, como pretende la Revolución Bolivariana.

Se requiere analizar los mecanismos del golpe, y su preparación, para que se pueda entender el nuevo intento de golpe y destrucción del proceso revolu-cionario y de la esperanza del pueblo venezolano.

LA DEONTOLOGIA DEL HORROR Y DE LA MENTIRA

En primer lugar, es todo el sistema de información del imperialismo mundial que difunde el odio en contra del presidente Chávez y del chavismo, de la Revolución Bolivariana. Todos los periódicos, informativos, todos, absolutamente todos los medios de información de las grandes cadenas internacionales informan mal y calumnian a Venezuela, dejando un imagen distorsionado, equivocado y totalmente maniqueísta del proceso. Por eso, en todo el mundo, han “celebrado” en todos los titulares, el golpe del 2002, como una consecuencia “natural” de las “locuras” del Presidente Chávez. El siguiente día del fracaso del golpe no ha producido más que una tímida autocrítica, que no ha durado una semana. Los medios comerciales de Brasil, por ejemplo, todavía conmemoraban el golpe cuando Chávez ya había vuelto al poder, inaugurando un raro tipo de “periodismo”. Hasta hoy no han pedido disculpas a la sociedad brasileña. Y siguen mintiendo. Son incorregibles! En todo caso, para ellos el odio y la radicalización del proceso en Venezuela, sigue siendo culpa del “chavismo”.

Acá mismo, en nuestra Latinoamérica, no hay diario, no hay televisión que informe objetivamente acerca de Venezuela ni tampoco de Cuba. Es la “deontología del horror y de la mentira”, todos los editorialistas, los redactores, los manuales de periodismo obligan la mención del “dictador” antes del nombre de Fidel Castro, y de “golpista” antes del nombre del presidente Chávez. Es un bombardeo, permanente y constante, todo en nombre de una “democracia” que no hay ni puede haber en nuestro Continente, con los indicadores crecientes – como lo muestra el reciente informe del mismo BID – de desigualdad, miseria y parálisis económica.

El odio contra cualquier proceso de cambio, de reforma agraria, de distribución de ingresos y de riquezas, contra cualquier asomo de política económica indepen-diente, hace desencadenar inmedia-tamente los ataques más burdos, el intento de desmoraliza-ción no solamente de los líderes, sino de los mismos movimientos populares.

Los dogmas de la ortodoxia neoliberal no pueden ser tocados, siquiera discutidos.

Los movimientos de rebelión popular, en Argentina, en Bolivia, en Ecuador, en Colombia, Brasil, son reducidos a “utopías”, y luego engañados, mistificados, traicio-nados.

Este es el cerco a la revolución bolivariana, que no puede ser ignorado. Y el arma fundamental de este cerco es la información. Es lo que precede la conspiración, la formación de grupos paramilitares, la agregación de los sectores más reaccionarios, el cierre empresarial, la desinversión, la producción artificial del caos, de la anarquía, el sabotaje a los planes de desarrollo y el normal funcionamiento de la economía, para luego dar lugar a la acción militar propiamente dicha, que puede partir de los mismos sectores conservadores y dudosos de las fuerzas armadas de un país, o ser directamente alimentadas y asesoradas por los militares norteamericanos como en el caso de Colombia, para finalmente dar lugar a la intervención abierta de los marines.

Toda la Historia de Latino-américa está llena de estos ejemplos, que no pueden ser ignorados en un momento tan importante de la Revolución Boliviariana. La originalidad de cada proceso, el enorme consenso conquistado, las victorias en contra de los golpistas y conspiradores, nada de ello puede inducir a minimizar y a desconsiderar el riesgo, pues el enemigo está organizado en una alianza mundial, es un ejercito internacional conservador y dispuesto a todo. Y va intentar otra vez, pues en la Historia no hay caso de que una clase abandone el poder sin reaccionar de modo criminal, como las armas que tenga, entre ellas la guerra informativa más sucia.

Telesur nace como medio de unión de los pueblos, anticipa la integración económica, social y política embrionaria que son los acuerdos tipo Mercosur, el Pacto Andino y el Alba. Que estos tengan un medio de comprensión, de presión y puedan pesar en los procesos políticos, formando parte de un proceso de comunicación poderoso, que no pueda ser engañado por los medios de comunicación privados o en manos del imperialismo.

OTRO LENGUAJE PERIODÍSTICO ES POSIBLE

La importancia de Telesur para el conyunto de televisoras publicas, estatales, comunitarias y universitarias de las Américas es inmensa. Ya no hay dudas de que hay un proceso irreversible de concentración en los medios capitalistas de comunicación, paralelo a la concentración económica alrededor de la industria bélica, siendo las instituciones financieras y las transnacionales que anuncian en estos medios, cada vez más dirigidos a dar sustentación a los planes sinistros del imperialismo contra la humanidad. Eso lleva a que muchos sectores mismo nacionalistas, en cada país, perciban que deben dar apoyo al fortalecimiento de los medios públicos-estatales, y también a los medios alternativos y comunitarios, proceso que se verifica hoy en Brasil, Argentina e Uruguay para citar algunos ejemplos. No son procesos lineares, ni ausentes de contradicción, pero, hay avances, como, por ejemplo la TV Paraná Educativa, que posee convenio de cooperación con Telesur y también con televisoras comunitarias, presentando una programación sin basuras ni culto a violencia, en lo que ofrece una alternativa a un publico bastante amplio.

En estas pantallas surge un lenguaje periodístico contextua-lizado y no dirigido por el departamento comercial como en las emisoras privadas. Hay otra relación con el tiempo televiso y siendo el tiempo la materia prima más preciosa de la humanidad, como lo dijo Karl Marx, eso tiene grande importancia. En los medios privados el tiempo es reservado para las actividades comerciales y el lenguaje periodístico sucumbe, imposibilitando entrevistas profundizadas, documentales contextualizados, además de la censura temática, como por ejemplo, sobre los logros de la Revolución Cubana. Ningún medio publico en Brasil fue a entrevistar los vecinos de las ciudades de la provincia de Tocantins asistidas por médicos cubanos, ni tampoco después que estos médicos fueran obligados a retirarse del país, por presión del Consejo Federal de Medicina, vocero de la lucrativa industria de hospitales privados y la de medicamentos. Es información fue ocultada a la sociedad brasileña, pero en la pantalla de la tv comercial hay vasto tiempo dedicado a publicidad de medica-mentos, muchos de los cuales, sin comprobación terapéutica, y otros retirados de la comercialización por causar daños a la salud. El lenguaje periodístico tiene que adaptar-se la fugacidad, a la imposición de superficialidad, a las campañas comerciales injustificables de alimentos que solamente el 20 por ciento de la sociedad tiene condiciones de consumir regular-mente. Ejemplo: el 16 por ciento de los brasileños no usa zapatos; pero se anuncia en la TV un calzado que costa una vez y media el salario mínimo nacional. Apenas el 8 por ciento de las ciudades brasileñas tienen cines y apenas el 8 por ciento de los brasileños frecuentan cine, lo cual quiere decir que el cine brasileño es desconocido de los brasileños. La televisión comercial, sin embargo, es ajena a esto, algunos canales llegando a pasar todo el año sin exhibir una única película nacional, habiendo hoy una ocupación del 85 por ciento del audiovisual en Brasil por producción estadounidense, no extranjera, solamente estado-unidense.

Así, los medios privados son instrumentos de ocupación audiovisual e ideológica, son responsables por una de las más graves vulnerabilidades, lo que pasa en diversos países latino-americanos, la vulnerabilidad ideológica. Hay, en todos estos años, una campaña para implantar el consenso de que “La Amazónia es un bien público mundial”, lo cual vale decir que los brasileños, así como otros pueblos amazónicos, son incapaces para preservar el medio ambiente de la región, y por eso tienen que aceptar la inevitabilidad de la intervención internacional. Eso esta puesto de modo subliminar en el periodismo acerca de la deforestación, en las denuncias hechas por las ONGs ambientalistas pagadas por las agencias del imperio o británico o norte-americano. Lo que ha provocado una reacción interesante en los medios militares: ahora, en las academias militares de la amazónia brasileña se estudian textos de Ho Chi Min, Giap, Che Guevara, y una delegación del alto mando del ejército estuvo en Vietnam para estudiar técnicas de defensa en la floresta. Puede ser que otros Chávez están surgiendo por ahí. Nada de esta temática tan importante es divulgada de modo objetivo e informativo en los medios privados brasileños, que notician apenas el sensacionalismo de las florestas quemando, pero jamás explicando sobre el modelo de capitalismo dependiente que es la causa de toda esta destrucción ambiental. Telesur viene para reponer la verdad, para escuchar sin prejuicio a los militares nacio-nalistas, a los luchadores sociales, a los campesinos y científicos callados por los medios privados en su lucha por la soberanía nacional y por otro modelo de desarrollo de la agricultura en la región.

EXPANDER Y REFORZAR LAS TELEVISORAS PUBLICAS Y COMUNITARIAS

En su concentración mundial, el capitalismo va imponiendo el desmantelamiento del estado, la privatización y desnacionalización de la economía, lo se expresa también en los sectores de las comunicaciones, telecomunicacio-nes, industria cultural y sector educacional. En esta avasalladora dominación lo que queda del emisoras públicas, si bien debilitadas, marginadas y obsoletas, son todavía un espacio muy importante para dar la pelea y la resistencia. Es importante que los comunicadores, los periodistas, los artistas e intelectuales desarrollen iniciativas políticas para fortalecer y perfeccionar estas emisoras públicas, universitarias y también las comunitarias, como herramientas de políticas públicas con expresivo alcance, para la guerra informativa, la batalla de las ideas, ya que en los medios privados hay creciente control internacional sobre ellos. Y en la prensa privada ocurre también una reducción en los tirajes de los grandes periódicos, además del aumento de su sintonía con la línea editorial neoliberal. La prensa alternativa, las radios alternativas, y este sector televisivo publico-universitario-comunitario son instrumentos a ser fortalecidos, porque hay se puede abrir espacio para la diversidad informativo-cultural y para una coordinación con Telesur que puede alimentar-se de esta producción alternativa y darle difusión amplia por todos los lados.

Ejemplos: los medios privados brasileños trataran como un caso policial la digna y pedagógica Marcha de los Sin Tierras por la Reforma Agraria, sin mostrar su riqueza política, su tesoro de culturas populares de un país continental, la participación de religiosos y de obreros de fábricas ocupadas. Pero, la TV estatal brasileña si lo ha divulgado de modo decente, como también las televisoras y radios comunitarias, el periódico “Brasil de Fato”, así como una gran cantidad de comunicadores populares de Brasil, de Europa y hasta mismo de Al Jazeera, que documentaron este hecho importantísimo. Con Telesur todo esto tendrá amplia divul-gación.

También el importante mo-vimiento de Fabricas Ocupadas de Argentina, una verdadera escuela de poder obrero, va a encontrar la divulgación que merece por satélite, con los obreros siendo escuchados, con los comunicadores populares de Argentina también siendo llevados en cuenta, y con sus documentales aprovechados.

Lo de Bolivia, la lucha de años y años de masas populares por la nacionalización de las riqueza minerales, que recibe una cobertura periodística hostil y manipulada de los medios privados, en especial de CNN, pasara a tener con Telesur un retrato profundizado, con lentes y micrófonos hombro a hombro con los luchadores sociales.

La conclusión es que no hay posibilidad de democratización de la comunicación en el mercado, pues las reglas del mercado imponen una comunicación cada vez más oligopolizada y dominada desde afuera de los países. Lo que indica la necesidad de una articulación entre los medios públicos, universitarios, alterna-tivos y comunitarios con Telesur, organizando una rede por todos los países, usando desde el satélite, hasta la internet para reparar esta gigantesca deuda informativo-cultural se ha acumulado en contra de los pueblos.

 

CONVOCATORIA A LOS PERIODISTAS Y COMUNICADORS POPULARES: CONSTRUIR

LA RED TELESUR

En esta fase de concentración de los medios audiovisuales capitalistas para un lenguaje de guerra, terrorista – que va desde un dibujo animado con personajes y funciones sinistras, con sonidos violentos que exprimen horror, hasta los videogames de culto a la muerte, las películas y el periodismo belicoso – hay que fortalecer las alternativas que permitan ofrecer a la sociedad expresión concreta de otro audiovisual posible, con contenido veraz, humanista y educativo.

Es necesario convocar a los periodistas, a los comunicadores populares, a los intelectuales y artistas, a los movimientos sociales a la defensa de la expansión, calificación y fortalecimiento de los medios públicos, educativos, universitarios y comunitarios de comunicación, formando una rede de repetición y alimentación de Telesur. En cada país, los periodistas y comunicadores populares deben luchar para a creación de un Fondo de Apoyo a la Comunicación Comunitaria, basado en un porcentaje de los recursos publi-citarios destinados por los gobiernos a los medios comerciales. Y luchar para que sean ampliados los presupuestos para los medios públicos, universitarios y educa-tivos. Hoy, cada vez más, los medios privados son mantenidos por los recursos públicos, mientras los medios públicos en situación precaria de funcionamiento, con señal de alcance restricto, equipos desactualizados y trabajadores mal remunerados.

Hacer un esfuerzo para que en cada Sindicato o Movimiento Social, instalar los equipos para captación de la señal de Telesur – un receptor digital de satélite y una antena parabólica, con costo estimado en alrededor de 400 dolares – con posibilidad de que la programación de la nueva televisión del sur puede ser seguida en salas amplias y grabadas para reproducción y debate.

Estimular la celebración de convenios de cooperación de emisoras comunitarias, universi-tarias, regionales, educativas, publicas con Telesur, para que la programación tenga el mayor rayo de reproducción posible, y esto se puede hacer a partir de captación de la señal del satélite, gratui-tamente. De la misma manera como el Presidente Hugo Chávez ha firmado un convenio con el Estado de Paraná-Brasil y el Movimiento de los Sin Tierra para fundar la Escuela Latino-Americana de Agro-Ecologia, y como Cuba y Venezuela han firmado el acuerdo del ALBA, y también como se ha hecho la Alianza Estratégica Brasil y Venezuela – que incluye cooperación en industria militar, telecomunicaciones y en las comunicaciones – debemos tomar iniciativas concretas de integración de esfuerzos en el área del audiovisual, de la comunicación y del periodismo revolucionario.

Además, llamamos a una alianza con Federación Latinoamericana de Periodistas – Felap y sus sindicatos afiliados, los movimientos como Via Campesina, el Movimiento de los Sin Tierras, las Centrales de Trabajadores para que se incorporen a una verdadera campaña para la construcción de esta Red Telesur , y también para que apoyen para que sus comunicadores tengan los equipos necesarios para documentar las luchas sociales, los personajes populares, los artistas silenciados por su postura combativa, y de esa manera alimentar la programación de Telesur. Exactamente, pensando en eso, Telesur va utilizar cámaras con formato mini-DV para todas sus corresponsalías, que es más accesible, lo que permite y facilita la participación de las TVs Comunitarias y los comunicadores del movimiento popular.

Claro que es necesario seguir con toda la lucha de los periodistas y comunicadores populares por la democratización de la comu-nicación, pero el movimiento debe observar que la Revolución Boli-variana esta creando otra posi-bilidad ofensiva de lucha en América Latina, sea a partir de la creación de Telesur, y también de de Petrosur, de la Universidad del Sur, del Banco del Sur.

LA KRIPTONITA ROJA

DE HUGO CHAVEZ

Basados en los ejemplos mag-níficos que vienen de Cuba – como con la Escuela Latino-americana de Medicina – ejemplo que segura-mente está siendo observado por el pueblo hermano de EUA – debemos impulsar la creación de la Escuela Latino-americana de Comunicadores Popu-lares, que ya está en debate en Venezuela para llenar cada pedazo de nuestra Pátria Grande de un guerrero con una conciencia, una cámara y un micrófono, con la responsabilidad de registrar la dignidad de nuestros luchadores, de nuestros científicos, de nuestros artistas, de nuestros militares antiimperialistas que, como Chávez, los hay en varias partes.

En el Foro Social de Porto Alegre, el president

e Hugo Chávez, afirmó que en contra el superman imperialista los latino-americanos tienen la kriptonita roja, o sea, su conciencia, su dignidad, su talento, un patrimonio histórico de luchas y todo esto va estar ahora, con Telesur, en forma de mensajes para llegar a todo lado, incluso al pueblo hermano de Estados Unidos.

Para llegar a Telesur muchas luchas han sido llevadas, desde el Correo del Orinoco, de Bolivar, el periodismo de José Marti, la Agencia Latina de Noticias, creada por Perón, la fundación de Rádio Rebelde en Sierra Maestra y después del triunfo de Prensa Latina, por Che Guevara, la nacionalización de los medios y su entrega a los sindicatos, hecha por el General Alvarado, en Peru, en 1968, y ahora Telesur, sin olvidar miles y miles de iniciativas heroicas de comunicación alternativa sufocadas por el sistema capi-talista. Telesur pone en el satélite, en largo alcance, todo este patrimonio de luchas por la comunicación humanista, justa, veraz, capaz de generar conciencia sobre la ofensiva a que nos convoca el Presidente Chávez, ya la responsabilidad de tener en nuestras manos – los periodistas revolucionarios, los comunicadores populares y los productores independientes de las tres Américas – una emisora de televisión pública, sostenida con recursos del pueblo de Venezuela, Argentina y Uruguay.

Los sabotajes del imperialismo serán inevitables contra esa iniciativa porque podremos alcanzar a los 45 millones de hispano-hablantes que viven en EUA. Basta recordar los mísiles lanzados contra la TV Yugoslavia en 1999, matando a 12 periodistas y desconectando la señal de satélite para que Europa el mundo no pudiera conocer la versión yu-goslava. Basta registrar cuantos periodistas han sido asesinados en América Latina – ninguno de ellos en Cuba Socialista. También por eso, es muy importante los acuerdos satelitales que ha celebrado Venezuela con China, con Brasil, y también la lucha que se traba en Brasil, apoyada por militares nacionalistas y progresistas para la reestatización de la Empresa Brasileña de Telecomunicaciones, la Embratel, privatizada por Cardoso y hoy bajo control yanqui y que controla incluso informaciones de seguridad de Brasil.

Gracias todos los que cayeron antes de nosotros, gracias a la Revolución Cubana, gracias a la Revolución Bolivariana y a la lucidez revolucionaria del coman-dante Hugo Chávez sobre la cues-tión comunicacional, y a la lucha de los pueblos de Argentina y Uruguay, países que apoyan a Telesur, tenemos esta posibilidad de convocar a formar esta Red Telesur, y a esta ofensiva revolucionaria por la integración y la transformación de América Latina.

Telesur es nuestra kriptonita roja contra el Talón de Hierro del imperialismo. Telesur va mostrar al mundo la verdad y la dignidad de la Revolución Cubana, y que acá no niños hambrientos y ni siendo comercializados, como en otros lados. Va mostrar la Venezuela Bolivariana, con sus Misiones Sociales, alfabetizando campesinos y distribuyendo gratuitamente millones de ejemplares del libro Don Quijote en las calles! Va mostrar el indomable pueblo boliviano en su rebeldía contra la rapiña imperialista a sus hidrocarburos. Vamos a mostrar las marchas heroicas de los Sin Tierras en Brasil y sus asentamientos donde alfabetiza y se desarrollan ex-periencias agrícolas susten-tables, como la producción de la semilla agro-ecológica, sin contaminación química. Se va mostrar el inte-ligente cine argentino, la dig-nidad de los obreros en sus fábricas ocupadas. En fin, se va a destapar toda la verdad silenciada en las Américas y en el mundo, buscando la conexión con el pueblo norte-americano, el mismo pueblo que ha generado artistas y revolucionarios como Woody Goothrie, John Reed y Jack London.

Telesur va poner en contacto todas las culturas, todas las voluntades de vivir en paz, construyendo un futuro de integración y cooperación entre los pueblos. Pero, para eso, es necesario que los pueblos se enamoren, se conozcan y se fortalezcan para derrotar del Talón de Hierro, pues es imposible el progreso de la cultura, de las relaciones humanas y de la sociedad dentro del capitalismo!!

Beto Almeida

Director de Telesur y

Presidente de TV Comunitaria de Brasilia

beto@yawl.com.br

www.tvcomunitariadf.org.br

Brasília, 31 de mayo de 2005